Las Transiciones en el Recorrido Vital y el Problem Solving Estratégico

Por: Mariano C. Melero

“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar”
Antonio Machado

Uno de los campos de intervención más interesantes para el Trabajo en Alta Performance es el de las transiciones en el recorrido vital. Para ello, la herramienta fundamental que nos permite ayudar a nuestros clientes es el Problem Solving Estratégico (PSE).

Cambio y transición no son lo mismo. El cambio es una situación en la que algo se transforma. La pérdida del trabajo o el cambio de empleo, la llegada de un ascenso o de una destitución, la fusión de compañías, la orden de realizar un nuevo proyecto o de implantar un nuevo proceso, o el simple hecho de llegar a una determinada edad… son sólo algunos ejemplos.

La transición es el proceso interno a través del cual las personas aceptan los cambios. Es el camino que hay de tomar para responder ante los cambios y sentirse cómodos con éstos. Este proceso incluye dos momentos decisivos: la fase inicial de desapego, donde la persona se deshace de la forma como solían ser las cosas, y la fase final donde se aprende a asumir y estimar la nueva realidad. La transición es personal. Cada persona experimenta la transición a una velocidad distinta y de una forma diferente. En el Trabajo en Alta Performance, gestionar la transición significa ayudar a los clientes a hacer que este proceso sea menos doloroso y problemático.

En el proceso de transición existe una tercera fase intermedia que representa el camino hacia el nuevo comienzo. Se trata de un “espacio en blanco”, en el que la persona ha dejado de estar en el pasado, pero aún no ha llegado al nuevo inicio. Este sitio ambiguo e intermedio no suele ser fácil de transitar. En el mundo moderno, nos cuesta apreciar los espacios de transición como algo con sentido o con alguna función importante. Para nosotros, el “vacío” significa únicamente la ausencia de algo. Por eso, cuando lo que falta es algo tan importante como el sentido, la conexión y la realidad, intentamos encontrar lo antes posible algo que lo reemplace.

Sin embargo, aunque este “espacio en blanco” puede ser confuso y a veces angustiante, también puede ser un lugar creativo. De hecho, es en este sitio donde ocurre la verdadera transformación. Aunque generalmente las personas desean salir de ese estado lo antes posible, la precipitación puede tener un efecto contraproducente. Por ello, es necesario entender qué sentido tiene ese espacio de transición, y por qué es importante estar ahí por un tiempo. Sólo después podremos hablar de qué hacer para salir y encarar un nuevo comienzo.

Las técnicas del PSE nos permiten ayudar a nuestros clientes a afrontar con éxito los procesos de transición en cada una de las tres fases descritas. En el momento del desapego, las técnicas del PSE nos sirven para definir claramente “el problema”, es decir, la situación de cambio que afronta la persona, así como “el objetivo”, el “nuevo comienzo” hacia donde desea transitar y el resultado final que espera alcanzar con él. Tanto en ese momento como en la fase de transición en sentido estricto, las técnicas del PSE nos ayudan a analizar y evaluar los intentos fallidos (“soluciones intentadas” según la Escuela de Palo Alto) que ha realizado la persona para avanzar en su proceso. Estos intentos frustrados  impiden la transición de diversos modos: o bien manteniendo a la persona “atada” al pasado sin poder evolucionar, o bien manteniendo a la persona “atascada” en el “espacio en blanco”. Por último, en el momento de avanzar hacia el “nuevo comienzo”, las técnicas del PSE nos permiten definir mejor el resultado final y las consecuencias que traerá consigo (los “efectos colaterales”), ayudando al cliente a salir del espacio de transición y encaminarse hacia su objetivo.

Al tratarse de procesos complejos, las transiciones normalmente exigen no una única solución, sino una serie de soluciones sucesivas. Por ello, es fundamental abordar en primer lugar las dificultades más accesibles. Además, en muchas ocasiones el desbloqueo de los primeros obstáculos provoca que la situación se vea de un modo distinto de como se presentaba al principio. En este sentido, el PSE nos permite redefinir el problema y quizá los objetivos en cualquier momento del proceso, sin perder de vista la situación global y las posibles interacciones entre los problemas.