Microterapia Empresarial

Microterapia Empresarial

Como parece obvio, obtener más resultados con menos inversión de recursos es la primera máxima del Trabajo en Alta Performance. Todo lo que se hace con más recursos de los que serían necesarios se trata de baja performance.

Se puede también contextualizar el prefijo micro yendo más allá de la inmediata economía de recursos. Considerando los efectos colaterales que cualquier intervención puede tener, por más benéficos que sean sus efectos finales, parece evidente que si se reduce el ámbito de la intervención se reduce también el riesgo de efectos colaterales no controlables a corto plazo. Tenemos ejemplos evidentes de técnicas modernas que provienen de contextos tan dispares como la medicina o la guerra: las intervenciones micro-quirúrgicas o los ataques “quirúrgicos”.

Por otro lado, sabemos que cuando un sistema encuentra una estabilidad, aunque sea de forma “enfermiza” o disfuncional – que no produce los resultados deseados y esperados, más bien lo contrario – se resistirá muy fuertemente a su proprio cambio con base en una propiedad inherente a cualquier sistema, que se llama homeostasis.

Siendo así, todas las grandes intervenciones por más bien preparadas y ensayadas que puedan haber sido, son rechazadas, absorbidas o integradas por el sistema mismo sin haber tenido la posibilidad de generar grandes efectos prácticos. Sin embargo, las micro-intervenciones, los pequeños pasos, aplicados con criterio estratégico en el punto de palanca adecuado, han demostrado obtener una mayor eficacia y eficiencia.

Lo que denominamos como “microterapia” se aplica a contextos, obviamente no clínicos, que se encuentran con un bloqueo o problema, originado por razones más o menos relevantes. La característica más perniciosa de estas situaciones es la rápida difusión y reproducción de las formas de actuar menos funcionales, a través del complejo sistema de interacciones humanas de la organización. Paradójicamente y de una forma general, estas acciones disfuncionales se estructuran a partir de intentos que habían sido orientados para la resolución de los problemas.

A semejanza de las conocidas y temidas metástasis que se pueden desarrollar en una grave enfermedad del cuerpo humano, las formas de actuar se pueden difundir por todo el sistema de la organización, de forma aparentemente indetectable. Simplemente se extienden las acciones que se convierten en hábitos y que se van estructurando de una forma cada vez más rígida.

Esta micro-cultura informal del “cómo hacer” puede instalarse de forma estable y generar subsecuentes brotes de intentos de solución redundantes, individuales o de grupo, que, aunque sean movidos por las mejores intenciones, sólo contribuyen a perpetuar la “enfermedad”.

Nuestro cometido es identificar claramente las acciones y las formas de interacción bloqueantes, activando una micro-intervención correctora, que se planifica como una verdadera estrategia estructurada en tácticas bien definidas, a partir de una microestructura de la organización que irá a servir como catalizador para desmontar progresivamente el circulo vicioso establecido.

Los pequeños cambios graduales que se van instalando de forma progresiva, con base en la preparación estratégica bien estructurada, se irán convirtiendo en cambios que asumirán una posterior progresión geométrico-exponencial y conducirán inevitablemente a un cambio definitivo en el sistema de interacciones. Progresivamente, un nuevo equilibrio sano y funcional sustituirá el anterior equilibrio enfermizo y disfuncional sin permitir que se amplifiquen los efectos de los anti-cuerpos, o diciéndolo mejor, los efectos de la resistencia al cambio.