Días dificiles para el coaching

Seil mit Riss

Publicado por Pedro Meireles Sobral en Linkedin el 23/2/2015  Ver

Empiezo a escribir este post después de haber comentado otro post de una coach de otro país. Se quejaba, o mejor, se desahogaba la señora en cuestión de haber tenido un día difícil como coach y, honestamente, creo se exponía con valentía.

La razón de tal queja era haber escuchado las palabras fuertes de una clienta que se lamentaba de “sentir un gran vacío”, de “falta de aire”, de “repetir siempre los mismos errores”, de “equivocarse continuamente”, de “sentirse incompetente”, de “no ver un rumbo para la vida” y de, finalmente, “ser un caso perdido”. Por estos motivos, por haber escuchado y sufrido el “impacto” de estas palabras, la señora coach afirmaba haber tenido un día difícil y, desde ahí partía para una reflexión que no considero pertinente repetir en estas líneas.

Después de haber leído todo ese post, inmediatamente he felicitado la señora por su iniciativa. Según mi opinión estaba a hacer un gran bien, aportando algo que podría servir como un “aviso a navegantes”.

En un momento en que el coaching es un término de moda para algunos, usual para otros, y obsoleto o con connotación negativa para otros tantos que no me atrevo a cuantificar, parece que también el “coaching” está enfrentando días difíciles y no solamente los profesionales que ejercen esta actividad. Hablo de actividad y no de disciplina porque el “coaching” se fue instituyendo progresivamente como un “ente” que fue incorporando o se ha visto incorporado por una tal variedad de áreas y “disciplinas”, por profesionales de diferentes orientaciones y especializaciones, por cursos, certificaciones y entidades certificadoras, etc. Esto ha resultado en un descontrol que surge tan espontáneamente como ha surgido el propio fenómeno. Habría sido necesario definir claramente lo que se puede considerar coaching y lo que está más allá del coaching y hasta completamente fuera de él.

En mi comentario al post de la coach que he referido, hablo de la necesidad de estar preparado para enfrentar situaciones del tipo que ella misma describe y para otras mucho peores, trasmitidas con palabras muchísimo más duras. Las personas pueden llegar con cualquier tipo de situación problemática más o menos grave. Esto ocurre cuando se exagera, como se ha hecho, y se hace pasar el mensaje de que un coach está capacitado para resolver casi todos los problemas humanos. Cada cosa en su sitio. Es muy peligroso utilizar técnicas de coaching en situaciones que necesitan psicoterapia y también utilizar técnicas de psicoterapia en situaciones que necesitan solamente técnicas de coaching.

Para evitar experiencias como las referidas anteriormente y, lo que es mucho peor, crear daños a quien solicita ayuda, en nuestro equipo de trabajo que empezó hace más de una década formándose y posteriormente empezando a formar a otros colegas, contamos con profesionales con varios tipos de formación de base y experiencia profesional, que va de la psicología al derecho, pasando por los recursos humanos, las finanzas o por la gestión de empresas en general. Todos poseemos una formación común en una metodología que inicialmente incorporaba el termino coaching y que ahora definimos como “más allá del coaching” (no por pedantería sino para excluirnos voluntariamente de esta definición tan poco clara). Sin embargo, no confundimos las cosas y, por tanto, es el deber de cada colega saber guiar a las personas que requieren ayuda para el profesional más preparado. No todos servimos para todo.

En el mundo anglosajón ya esta institucionalizada y regulada, hace muchos años, la figura del “counselor” como profesional que podría aquí (me refiero a España, Portugal y América latina) ayudar a establecer una especie de frontera, o mejor dicho, de transición entre la psicología y el “coaching”. Sin embargo, esta falta no debe impedirnos ir utilizando, al menos, nuestro sentido común.